PARA NO OLVIDAR
Este 8 de octubre se cumplieron 30 años de que Racing eliminó a Independiente de la Supercopa ’92, en lo que fue hasta el momento el único enfrentamiento entre la Academia y el Rojo por torneos internacionales
El año 1992 no se caracterizó por ser de los mejores deRacing, para esta altura había pasado el Clausura, en donde la Academia tuvo una opaca actuación (finalizó séptimo), el desarrollo en la Copa Máster (evento que reunió a los campeones de la Supercopa, y en ese momento eran Racing, Boca, Cruzeiro y Olimpia) fue desastroso, ya que había quedado en el último puesto.
En el Apertura (la temporada transcurría de julio a junio, por lo que esta etapa se jugaba en el segundo semestre del año calendario) la cosa venía muy floja, y el último cartucho que le quedaba a los entonces dirigidos por Humbertito Grondona era la Supercopa, certamen en el que se llegaría a la final.
En la primera instancia, Racing se debió topar con su rival de barrio (no había pasado nunca hasta ese momento por competencias internacionales), y la ida se disputaría en el Cilindro, partido que tuvo todos los condimentos imaginables.
En el comienzo el partido arrancó con llegadas para ambos equipos, quizás las más claras habían sido de la visita, hasta que en un momento se empezó a levantar un muy fuerte viento con efectos de remolino, lo que hacía volar los carteles publicitarios y levantar un muy fuerte polvo, lo que obligó a detener momentáneamente el encuentro. A partir de la reanudación del mismo, la suerte del dueño de casa comenzó a cambiar para bien, y aprovechando el viento a favor (para esa altura había comenzado la lluvia) empezó a dominar en el juego.
Llegando a los 40’, vino un córner desde la derecha ejecutado por Rubén Paz (el uruguayo estaba lejos de su mejor faceta a esa altura) que fue conectado por Claudio García, y así anotaba el primero del partido a favor de Racing, ante el reclamo generalizado del equipo rival, claro, no había sido con la cabeza, más bien sino mediante un claro manotazo para ganarle el duelo a Luis Islas en las alturas. Así terminó el primer tiempo, 1-0.
En el arranque del complemento, se produjo otro hecho de importancia en el desarrollo del juego, penal para el Rojo, por una falta de Cachito Borelli a Mahía. El ex zaguero de la Selección Argentina ni protestó el fallo de Juan Bava. La pelota la tomó Antonio Mohamed, quien eligió el palo derecho del arquero Carlos Roa, pero "Lechuga" adivinó las intenciones del Turco y tapó el remate en primera instancia, pero no todo finalizó ahí eh, el rebote le quedó a un rival, quien le pegó fuerte y rasante, pero por suerte para nosotros el uruguayo Gustavo Matosas estaba muy atento y con una sensacional barrida la sacó casi en la raya cuando la pelota pedía red, la suerte parecía estar de nuestro lado.
Esa suerte pareció agigantarse cuando pocos minutos después, un desborde por izquierda del Turco García, finalizó en centro y gol de Felix Torres, el paraguayo que había sido ídolo en Mandiyú de Corrientes estableció en medio del barro el 2-0 para Racing que marcaba una tendencia más que apetecible. Pasaban los minutos y pensar en la revancha con esa ventaja generaba una inmensa ilusión, hasta que a los 45’ del complemento, Mahía anotó el descuento para Independiente, y la revancha (se disputaría la semana siguiente) cobró otro color, dado que el Rojo estaba a un gol de los penales…
El domingo siguiente a la ida la Academia recibió a Belgrano en casa por el Apertura (perdimos 1-0, gol de Artime). Cuando llegué a la cancha, todavía se veían los papelitos pegados a la popular por efectos de la lluvia caída esa semana durante la el encuentro entresemana, algunos hinchas palpitando la revancha que se venía, escuché frases tales como: “Ese gol sobre la hora nos puede costar….”, lo peor es que yo pensaba igual. Para la época se jugaba la Reserva como previa de la Primera, y el Turco García solía mirar los primeros tiempos a un costado. “¡¡Turco, vamos a jugar un partidito al vóley!!”, le gritó un hincha, a lo que el ex delantero le contestó con un cómplice guiño , okey y sonrisa. Si bien esa tarde se enfrentó al Pirata, pensábamos en la revancha que se venía…
Para dicha revancha, Grondona dispuso de un medio muy combativo, con Gustavo Matosas, Gustavo Costas (sí, de volante), Guillermo Guendulain y Rubén Paz, dejando a Alfredo Graciani y a Felix Torres en el ataque. Ese cerrojo en la Doble Visera tuvo mucho éxito, ya que al elenco local le costaba mucho arrimarse al arco de su rival, y salvo alguna que otra situación (no de mucho riesgo), el plan de Humbertito parecía tener un final feliz. Todo esto hasta que llegó ese famoso tiro de esquina para Independiente, en el que su arquero Luis Islas fue al área del arco defendido por Carlos Roa (no era tan común este hecho en esos tiempos), con el deseo de convertir y forzar a los penales. Tras una serie de rebotes, el ex arquero campeón del mundo en México ’86, apareció por el costado izquierdo desde afuera del área, sacó un fortísimo zurdazo que pegó en el travesaño, poniéndole mucho suspenso a la serie, pero la suerte estaba echada, y el encuentro finalizó 0-0, (2-1 a favor en el global)., resultado que le dio la clasificación a la Academia.
Tormenta, lluvia, barro, gol con la mano, penal atajado, remate sobre el final en el travesaño, miren si no hubo condimentos de sobra para hacer la mejor película de suspenso, pero lo mejor de todo, es que la clasificación, fue para nosotros, y que aunque pasaron 30 años, sigue viva entre los que la vivimos, y debe transmitirse a los que no tuvieron esa suerte.
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