"RACING HA SIDO EL FORMADOR DE MI VIDA"

Cosme Zaccanti habló mano a mano con La Número Uno, y destacó la importancia de Racing en su vida. Asimismo, contó como le dolió su salida del club en 1995.

Apareció jugando como zaguero allá por 1988, posición en la que se desempeñó hasta muy avanzado el año 1991, cuando Chiche Sosa lo puso a jugar como marcador de punta derecho. Zaccanti estuvo aproximadamente durante ocho años en la Primera de Racing (club del que es hincha), hasta su salida tras la asunción en la presidencia de Osvaldo Otero.

“Yo arranqué a jugar en San Nicolás, mi papá (italiano él, vino después de la Segunda Guerra Mundial) me transmitió desde chico la pasión por el fútbol. Después salió la posibilidad de probarme en Racing, yo soy hincha de Racing, y en ese momento estaba Hugo Zarich como técnico. Quedé, no como delantero que era mi posición en San Nicolás, empecé como volante. El tema era que jugaba poco porque en esa posición estaban el Flaco Lamadrid y Fabio Costas, que eran de mi categoría, y en un partido que se lesiona un marcador central, Hugo me puso de central, y quedé siempre en esa posición. No era lo que a mí me gustaba pero con tal de jugar en Racing jugaba en cualquier posición. Incluso después Cacho Giménez y Jesús Martínez me siguieron poniendo en esa posición. Los técnicos tienen esa sabiduría en la que saben donde podés jugar”, contó Cosme acerca de sus inicios, para luego agregar: “En la categoría ’66 estaban el Mencho (Medina Bello), Zambrini entre otros, hubo récords de contrato, fueron nueve en esa camada, y nos llevaban constantemente a entrenar con la Primera. Esto era en el año ’86. Yo practicaba mucho con la Primera, y en el ’88 debuté, en esa época no se debutaba tan joven, ahora no es así. El Mencho por ejemplo debutó a los 20 años, y así muchos más. Yo debuté con 22 años, en esa famosa Liguilla que se jugaba en el mismo momento que la Supercopa que se ganó, se formó un equipo alternativo, y muchos compañeros de la Cuarta jugábamos en la Liguilla. Jugaban Fabio Costas, Lamadrid, Medina Bello, éramos todo de esa Cuarta famosa que tantos contratos había hecho. Además estaban Rabuñal, Decoud, se debutó con un 3-3 en cancha de River. Yo me acuerdo de estar nervioso, era tener presente lo que soñaba, de jugar en Primera. Encima contra River en cancha de ellos, fue un partido complicado, nos cobran un penal apenas empezaba, la pelota me pegó en el hombro y cobraron penal, me agarró un poco el bajón. Pero en una jugada (a mí me tocaba marcar al Polilla Da Silva), salí a barrerlo, en ese momento pensé que hacer, salí con pelota y jugador todo junto, y cuando pasé cerca del Coco (Basile) me agarró y me levantó diciéndome así te quiero fiera!, creo que era el aliento que necesitaba en ese momento, por la situación incómoda del penal, que yo sabía que no había sido. En ese partido salí figura en la revista Sólo Fútbol, fue un momento único. Para la revancha le ganamos 1-0 a River con gol de Rabuñal, fue el día que se festejó la obtención de la Supercopa”.

En cuanto al plantel que había formado Basile en ese momento destacó: “Si vos analizás los nombres, estaban Fillol, Balerio, Roa, Zubczuk, arqueros increíbles, Olarticoechea, Saporiti, Vázquez, Olarán, Fabbri, Astegiano, Gustavo Costas. En el medio tenías a Fabio Costas, Hugo Lamadrid, Perico Pérez, el Negro Ludueña, Camote Acuña, el Panza Videla, Colombatti, Rubén Paz, el Toti Iglesias, Ítalo Ortíz, Wálter Fernández, Medina Bello, Decoud, era impresionante el plantel, estaba compuesto por cerca de 40 jugadores, podías formar dos equipos de primer nivel. Como plantel, lejos el mejor”.

Asimismo, contó una anécdota con el Coco Basile antes de llegar a jugar en la Primera. “En un momento el Coco me agarra, yo venía jugando bien en la Reserva, él siempre me tiraba algún elogio, para motivarme, y me dijo que hasta fin de año (en el ’87) era muy difícil que pudiera jugar, que estaba la posibilidad de ir a préstamo a Boca Unidos de Corrientes, y que cuando volvía, me iban a hacer el contrato, y que me llevaba a la pretemporada. En ese momento me pareció que me limpiaba, yo lo miraba a los ojos con miedo, él imponía mucho respeto. Me fui a Corrientes, el primer día fuimos a comer al club, comimos unas paellas, yo era un nene al lado del resto. Después me llevaron a un boliche, me presentaron a una mujer, quien es mi señora en la actualidad, la conocí la primera noche que llegué a Corrientes. En Corrientes salimos campeones, me tocó jugar la última fase, anduve muy bien, dejé un recuerdo muy lindo, y a fin de año me volví. Cuando me sumo al plantel de Racing nuevamente (en enero), ya se había ido el plantel a Mar del Plata, entonces me hicieron entrenar con los que no eran tenido en cuenta, en ese momento pensé me la clavó mal el Coco jaja. Después apareció el Panadero (Díaz), me llamó aparte, y me dijo que pase por la Sede para firmar el contrato y viajar a Mardel. Fue increíble”. Y luego añadió sobre Basile: “Como persona era un tipo muy bohemio, es tal cual como se muestra siempre, con enseñanzas para lo que requería el momento, era lo mejor que había en ese momento. Yo lo que lamento de esa época es no haberlo podido disfrutar más tiempo, porque él estaba generalmente con los más grandes. La visión de juego que tenía era muy buena, cuando entraba en el entretiempo resolvía todo, un motivador impresionante, en esa época habían muchos motivadores, la motivación era muy importante en el trabajo”.

“Tuve campeonatos en los que jugué mucho, otros no tanto. Yo estuve casi nueve años en Primera, y no llegué a 160 partidos como titular, podría haber jugado mucho más. Siempre digo que no tuve tanta continuidad de años. Mi orgullo es que salvo uno, todos los técnicos me tuvieron en cuenta, si no me ponían, yo estaba siempre en el banco, con el tiempo analizo que esa clase de jugadores son importantes, no son solamente once titulares, es un grupo grande, y tenés que buscar que todos tiren para el mismo lado, y yo más allá que no me tocara jugar, siempre era positivo y tiraba para adelante. Me podría haber ido mucho antes cuando veía que no iba a tener continuidad, pero no me quería ir nunca de Racing”, analizó Zaccanti.

Hubo una tarde en el Apertura ‘91, partido que se jugó un día de semana en Liniers frente a Vélez, en el que fue la figura de la cancha, ya que jugando de cuatro metió los dos goles con los que Racing derrotó 2-0 al local, y casi concretó el tercero, pero el palo izquierdo se lo negó. Muchos bautizaron esa tarde como la tarde de San Cosme. “Con eso de San Cosme una hicieron una foto con un santo, la tengo guardada. Hay un pueblo en Corrientes que lo conocí, cerquita de la capital correntina, que se llama San Cosme. Me invitó el intendente solamente por llamarme Cosme jaja. Cuando llegó Chiche Sosa en el ’91, y me probó de marcador de punta, el Coco me había querido probar antes ahí. En las prácticas me empezó a poner de cuatro, le dije que me gustaba, que no tenía problemas. En un partido contra Ferro en Caballito, arranqué jugando de cuatro en el segundo tiempo, habré jugado entre 20 y 25 minutos, y la gente me aplaudía, pero yo no sabía si eran aplausos irónicos o de verdad. Al partido siguiente fuimos a jugar de noche contra Argentinos Juniors, ahí jugué de titular, terminó 0-0, tuve tres posibilidades de gol, la tiré a la tribuna, Rubén Paz me cagaba a pedos, porque me la había puesto dos o tres veces bárbaro. Me fui faltando cinco minutos porque me acalambré, la exigencia era otra, pasaba todo el tiempo al ataque, y me aplaudió todo el estadio, y después de ese partido vino el de Vélez, yo venía con mucha confianza en esa posición. A mí me gustaba pasar al ataque, era parte de mi infancia, lo de ponerme en posición ofensiva y correr, fue algo maravilloso después de ese partido. A partir de éstos dos partidos, hubo un cambio de la gente hacia mí, eso fue increíble, empecé a sentir el cariño que yo deseaba de parte de la gente. Como hincha de Racing, después de haber vivido debajo de la cancha, y haber salido de las inferiores, querés el cariño de la gente. En el partido siguiente la gente empezó a cantar el Cosme gol, era increíble, uno de mis compañeros me dijo que tenía que saludar, a mí me daba vergüenza tener que hacerlo, la gente me estaba ovacionando antes de comenzar el partido, fue increíble”, comentó.

Sobre el momento institucional de esa época, recordó: “Yo empecé a tener más participación en los temas del grupo con la dirigencia a partir del ’92 o ’93. Yo veía que el tema era desastrozo, con Juan (Destéfano) era muy complicado. El tema económico sobre todo, el principal conflicto. Cobrábamos muy mal, a veces estábamos con dos meses de atraso. Antes se cobraba la famosa prima, que vos la podías negociar por ejemplo en diez pagarés durante un año, y aparte el sueldo, y no te pagaban ningún documento de la prima, ni tampoco el sueldo, hicimos varias huelgas. El club no estaba bien, los resultados no ayudaban, eso influyó en no traer demasiados jugadores, fue un proceso muy duro. Desde el recambio que hubo a partir de mediados del ’89, fue todo muy duro. Juan tenía una personalidad muy fuerte, era muy duro y muy directo. También tengo que hacer un paréntesis, porque cuando yo me estoy por ir de Racing, tuvo una actitud hacia mí, de realizar mi deuda, porque me debían mucha plata, y me dijo que le trajera toda la documentación (él había perdido las elecciones) porque los que venían no le iban a pagar a los que no estaban con los papeles en regla. Me revisó la documentación, yo tenía todo bien. Después igualmente nos cagaron a todos con la quiebra, nos pesificaron toda la deuda, con el peso devaluado respecto al dólar, y nos pagaron a diez años. Se vivía mucho al día en esos tiempos”.

Como se dijo líneas arriba, en 1995 se fue del club. “Creo que habrá sido por cuestiones políticas, yo tenía casi 30 años, además creo que Marchetta no me tenía en cuenta. A mí me tuvieron hasta último momento con que no me decían que iban a hacer conmigo, hasta que me dijeron que iba a quedar libre, que los que tenían una historia cercana a Destéfano se iban a ir, supuestamente me relacionaron con eso, pero Marchetta creo que no me habrá tenido en cuenta. La salida fue muy triste, hacía dos meses que no nos pagaban, encima no me confirmaban la salida. Cuando fui a hablar con Osvaldo Otero, le pedí explicaciones sobre que iba a pasar conmigo, y me dijo que iba a quedar con el pase en mi poder. Entonces yo le pregunté por la deuda, y me dijo que veremos como negociarla, yo le pedí que me pagase al menos un mes (sabiendo que me quedaba sin club), y no me lo quisieron pagar. Estuve como 13 años en el club, no muchos están tanto tiempo, salir de abajo, y que después no te quieran pagar ni un mes, que me tiren a la calle de esa forma, fue muy triste”.

Después de Racing, Huracán de Corrientes fue su siguiente club. “Me salió una opción de Corrientes, me llamó el gobernador (Romero Feris) que me conocía porque yo viajaba mucho a Corrientes, y ya me tenían como un correntino más allá, querían que yo fuese el primero de los refuerzos de Huracán de Corrientes. Tomé la decisión de ir aunque fuera de la B Nacional, yo estaba tan amargado con lo de Racing, y pensé que era bueno irme allá. En el primer grupo que se formó, estaban el Gato Sessa, Diego Capria, Gaitán, después llegó el Coco Reinoso. Hicimos un campañón, le ganamos el ascenso a Talleres en Córdoba y subimos a Primera, fue una linda revancha para mí”.

Luego pasó a Belgrano de Córdoba. “A Belgrano me fui porque tuve un problema con el mánager de Huracán (C), no me banqué una situación de una discusión interna del grupo, y me separaron. Se armó un revuelo, mis compañeros hicieron quilombo, me comí cuatro meses sin jugar, y encima la gente quería que yo jugara. Después a Zuccarelli lo echaron de Huracán (C), y me pidió como refuerzo en Talleres, donde lo habían contratado a él, pero yo fui a Belgrano, donde logramos ascender también a Primera. Hice un gol en la final contra Aldosivi, teníamos un gran plantel, estuve dos años, me fue muy bien, lo disfruté mucho y a partir de eso me radiqué acá en Villa Carlos Paz. Después Zuccarelli me llevó a Atlético Tucumán, y también a Gimnasia de Jujuy”.

En cuanto a como comenzó su carrera de entrenador, expresó. “Yo en el fútbol hice dos grandes amigos, uno el Mencho Medina Bello, y el otro el uruguayo Luis Sosa, y él me dijo para ir a trabajar a Belgrano, en las inferiores, y a partir de ahí, empecé a trabajar como director técnico. Dirigí hasta unos meses antes de la pandemia, había estado tres años en Oncativo, coordinaba todo el fútbol ahí, habíamos salido campeones después de diez años, dejé el club porque tres años era demasiado, pensé que iba a conseguir algo y no me salió nada. Después llegó la pandemia, y me agarró sin trabajo”, aseveró Zaccanti, quien además dirigió junto a Sosa en Belgrano de Córdoba, Racing de Córdoba, Sportivo Belgrano, Godoy Cruz o San Martín de San Juan entre otros.

Cosme tiene dos hijas, Giuli, la menor, quien es bailarina de danzas clásicas, y Florencia, quien fue modelo, promotora e integrante de una de las zagas de Gran hermano. Cuando se lo consultó acerca de como era tener una hija en los medios, comentó: “Yo he sido muy abierto siempre, ya de chica le di micha independencia, yo creo en la formación de la casa, te forma con determinados principios que es difícil que la cambies. Yo estaba convencido de como era ella, sabía a su vez que se iba a encontrar con un medio que podían ser crudos, que la podían tratar mal, pero yo sabía muy bien que es ella. Sabía que iba a entrar en un juego complicado, que la podía pasar mal, y que podía tener alegrías. Hoy la tecnología hace que cualquiera te critique, te insulte, te difame, y que se iba a exponer a eso. Ella quiso hacerlo y nosotros la bancamos, sé que ella lo sufría mucho, pero a mí me tranquilizaba el saber como es ella. Ahora tiene 30 años, se vino acá a Carlos Paz, nosotros tenemos un terreno en la zona de Huerta Grande, y ella está con ganas de ver que puede hacer ahora, se le bajaron un poco las ideas de la televisión. Yo la voy a seguir bancando en todo, como a mi otra hija, que es bailarina de danzas clásicas, y es muy buena también. Ellas tienen dos personalidades diferentes. Yo cuando jugaba era muy celoso con los periodistas, no me gustaba que se metan en mi intimidad, no me gustaba hacer muchas notas, después con el tiempo pensé que tenía que ser más sociable”.

Hoy Racing vive un presente muy distinto al que vivió él en su etapa como futbolista, y el propio Cosme dio su visión acerca de eso. “Lo que veo hoy en Racing es un cambio total, comparado más que nada con mi época. Veo una organización única, diferente, la pensión, y eso que hace mucho no esto por allá. Fui muy pocas veces desde que no estoy en Racing, habré ido entre tres y cuatro veces a la cancha, me causa tristeza el hecho de andar por ahí. Cuando vi la pensión pensé en lo privilegiados que eran los chicos, como los tratan, la organización, hoy le dan la importancia que tienen que tener. El Predio Tita es increíble, institucionalmente está más serio, salió del quilombo de la quiebra. Los jugadores están al día, cobran de otra forma. Antes había mucha desorganización. Me hace muy feliz verlo así hoy a Racing”.

Sobre si le gustaría dirigir en las juveniles de Racing, aseguró: “Si, sería lindo. Cuando jugaba quería jugar en mi club, llegar a Primera, hacer un gol, y lo pude lograr. Después uno quiere jugar en la Selección, y no me dio el nivel. Ahora siendo entrenador sueño con dirigir las inferiores y la Primera de mi club”.

A la hora de nombrar los técnicos que le dejaron una marca, mencionó: “En inferiores fueron muy importantes Hugo Zarich y Cacho Giménez, después en primera el Coco Basile ha sido el técnico con más impacto que he tenido, el Chiche Sosa me dio una ayuda muy importante al ponerme de cuatro. Me quedaron cosas muy buenas de Della Pica, y de Nelson Chabay. Fuera de Racing, Humberto Zuccarelli”.

“En mi casa mi papá es de Boca y del Bologna (Italia), mi mamá de Independiente, al igual que mi abuelo. A mí de chiquito siempre me gustaba la Selección Argentina, los colores de la bandera, mis viejos me cuentan que cuando aparecían las camisetas de la Selección, yo decía que ese era mi club. Después cuando jugaba Racing, yo quería esos colores, sin saber en ese momento la historia, yo lo elegí por los colores”, reveló acerca de como se hizo hincha de Racing.

Cuando llegó el momento de describir lo que significa Racing en su vida, lo definió así: ”El formador, porque yo con 17 años, dejé mi San Nicolás, y me fui debajo de una cancha, me fui a formar con un montón de cosas. Empecé a tener el roce de la adolescencia, vivir lejos de mi familia, mi contención era Tita (Mattuissi), tan querida y tan poco reconocida en esa época, porque no se le daba la importancia que realmente tenía. El hecho de haber sufrido tantas cosas, de vivirla ahí dentro, hacerte parte de los problemas que tenía el club, que no había agua, remeras, no teníamos para comer, que nos faltaba comida en la pensión y nos ponían candado en la heladera para que no robáramos la comida que había adentro, y todo el sufrimiento. Pero el amor que había se hizo más fuerte que las todas las adversidades. Que el objetivo de jugar en Primera se hiciera más carne y más duro el crecimiento. Racing ha sido el formador después de mi mamá y mi papá, ha sido el formador de mi vida. Me casó a los 17 años, y me soltó a los 30, ya formado, quizás no de la mejor manera. Estoy muy agradecido al club”.

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