"RACING ESTÁ HOY EN POSICIÓN DE PELEAR UN TÍTULO INTERNACIONAL"
Hugo Perico Pérez habló mano a mano con La Número Uno de sus tiempos en Racing, su paso por Independiente, del presente del club y de su actual participación como futbolista en el equipo Senior en la Academia. También contó que compartió con Fernando Redondo un tiempito en las inferiores de Talleres de Remedios de Escalada.Volante central de buena pegada, surgido de las juveniles de Racing, club del cual es hincha desde siempre, temperamental, mucha presencia y personalidad, campeón con la Academia en la Supercopa e Interamericana (ambas en 1988), disputó un Juego Olímpico en 1988 (Seúl), y se dio el lujo además de jugar un Campeonato Mundial en EEUU en el año 1994.
“Empecé a jugar en la Biblioteca Nicolás Avellaneda, ahí estuve casi todos mis años de infantiles, con los chicos del barrio, con los que todavía me veo. También me arrimaba a patear en Peñarol, un club que estaba cerca de mi casa. Después fui a Talleres de Remedios de Escalada, en esos tiempos estaba Fernando Redondo, y después de estar un tiempo ahí ambos, yo estaba a lejos, tenía que viajar mucho, entonces yo me fui a Racing y Redondo a Argentinos Juniors. Un panadero del barrio me llevó a probarme a Racing, la prueba me la tomó alguien a quien quiero mucho, Juan Carlos Palomino, que hoy no lo tenemos más entre nosotros pero fue un hombre esencial en mi carrera, ya que fue él quien me permitió ingresar en Racing”, contó Perico sobre sus inicios y luego agregó: “El apodo nació cuando fui a la prueba en Racing, nos preguntaron los nombres a todos, en esa época todos con ropa diferente, muy distinto a lo que es hoy que te dan la ropa y otros cuidados, la cancha detrás del hongo era la única que había. Cuando me preguntó a mí, le dije Hugo Pérez, me preguntó si tenía algo que ver con Perico Pérez (el arquero), le dije que no. Me probó, a mí entender había jugado bien, pero uno siempre tiene sus dudas, cuando salimos me llamó a mí y a otros más, me pidió que vuelva a la semana siguiente. En esa semana estaba jugando, me puso a jugar contra los titulares, después pasé a jugar para los titulares, y en un momento me quiso dar una indicación y no se acordaba mi nombre, y me gritó Perico, se habrá acordado lo que habíamos hablado antes, y cuando doblé la cabeza y me hice cargo del grito listo, me quedó Perico”.
Como se mencionó líneas arriba, su puesto natural fue de volante central. “Siempre jugué de cinco, algún técnico de manera momentánea me pudo haber pedido que juegue de ocho, pero mi puesto era de cinco, con el doble cinco no me sentía cómodo, me sentía apretado contra la línea”, y sobre su virtud con la pegada añadió: “Yo creo que lo pulí, a mí me parece que viene con uno, a mí me gustaba patear, hacerla picar y darle tres dedos, pegarle de volea, por eso digo que el mejor término es que la pulí a la pegada, que viene con uno”.
Asimismo, relató como fue cuando llegó el momento en el que lo promovieron a la Primera. “Me habían llegado comentarios que el Coco ya me venía siguiendo. Nosotros teníamos una gran suerte antes, ya que teníamos escenario para mostrarnos, que era la Tercera División, ahí mucha gente (sobre todo la mayor), llegaban temprano para ver a la Reserva. Esos jugadores cuando había clásicos los ponían a prueba porque a esa hora ya había bastante gente y te estudian la presión. Yo había pisado la Primera División a los 16 años, cuando me llamó Domínguez, a practicar con la Primera, estaban el Pampa Orte, Cordero, Sicher, después bajé nuevamente. Se venía comentando que me podían subir, me decían que siga así. Me llevaron otra vez a Primera, esto fue después de un partido frente a Unión o Instituto en Reserva que hice tres goles, uno de jugada, uno de tiro libre y otro de penal, y la gente empezó a vivar mi nombre. Nosotros jugábamos en el hongo, donde practicaban todas las categorías, y cuando pisaba la cancha de Primera, era una alfombra, ahora vas al Tita y están todas las canchas bárbaras, eso me motivaba mucho. Después de los tres goles en ese partido, vino el Coco Basile pateó la puerta del vestuario y me dijo lo quiero tal día, practicando con nosotros, después el Panadero define los horarios, así empezó. En ese momento estaban Cacho Giménez y Jesús Martínez que me retenían un poco. Entré un rato contra Estudiantes en diciembre del ’87, después jugué contra Argentinos Juniors en cancha de Ferro cuando Rubén Paz hizo un gol hizo un gol de lejos que se iba gritándolo antes que entre. En ese partido el Checho Batista me dio una patada y lo echaron. Después para mí, el debut definitivo fue cuando le ganamos a Independiente en cancha de Racing 3-1 de noche, en un equipo donde jugaban Bochini, Barberón, Marangoni, Giusti, donde todos hablaban de como me había parado frente a Giusti, Marangoni, ese partido me permitió quedarme en Primera División”.
Siempre se habló del polémico partido entre Racing y Boca a finales del año 1988, en el que Racing fue castigado con el partido perdido, más dos puntos de descuento por una agresión a Navarro Montoya. En ese segmento del torneo, el elenco de Basile marchaba primero. “Me pareció muy extraño, podría haber habido en su momento, de parte de dos instituciones pelear por la AFA, y que haya sido un rebote, vaya a saber, lo digo en potencial porque hay comentarios generales, no puedo aseverar si es verdad. Me parece que Racing perdió una gran oportunidad, fue un hielazo donde hoy si vemos las cosas que pasan, Dios me libre, y fue automático, nos sacaron los tres puntos del partido y dos de descuento. Pero en ese equipo con Rubén Paz, Walter Fernández, Colombatti, el Toti Iglesias, Gustavo Costas Fabbri, Olarán, Chupete Vázquez, el Pato Fillol, Ludueña, eran todos tipos que enseñaban, en esa época los pibes entrábamos con ganas de escuchar y aprender. Una vez me llamaron a una reunión para pelear los premios, y yo le pregunté al Pato si iba a hablar yo también, y el Pato me contestó que yo iba a escuchar, y que cuando ellos no estuvieran más, iba a hablar yo, que tenía que aprender, eran tipos que te formaban”, contó Pérez.
Sobre la conquista de la Supercopa ’88 recordó: “Uno de los recuerdos más hermosos es la final, tanto el partido que jugamos acá como el de Belo Horizonte. Pero me acuerdo mucho cuando en esos momentos fuimos a jugar a cancha de River por la Liguilla con equipo muleto, que todos pensaban que nos iban a llenar de goles, Íbamos ganando 3-1, y terminó 3-3 por una cuestión de experiencia, pero jugamos un partido extraordinario, ese partido me quedó en la retina. Si hubiéramos ganado esa noche, ese equipo iba a tener un espíritu que iba a dar que hablar. Porque para la final de la Liguilla contra San Lorenzo estaba la duda si iban a jugar los que jugaron la serie contra River, o los que habían ganado la Supercopa, que fue quienes terminaron jugando”.
También se refirió al presente institucional del club. “Racing está ahora en un momento de que pasemos al olvido la época anterior, está cerca con esta forma de conducir al club (hoy Racing es noticia por todo lo bueno), de lograr un objetivo internacional, que es lo que esperamos todos los hinchas de Racing, un campeonato internacional para dejar de recordar la Supercopa, hoy está en posición de pelear un título internacional”, y continuó: “Cuando ocurrió lo de Centurión en el momento que Racing estaba peleando el campeonato, me parece a mí que un acto de hombría selló el camino al campeonato, que fue cuando el Licha en el partido contra Godoy Cruz abrazó a Coudet, como diciendo acá el camino es uno, el bien común. Yo creo que ese abrazo selló el compromiso de todo Racing de ir en busca del torneo. La dirigencia tiene un perfil bajo, si hay discusiones las hay dentro del seno que son donde tienen que estar, Diego Milito es un tipo serio, hablé varias veces con él y es un tipo serio, con prestigio, me parece que está haciendo las cosas bien, con un perfil que me parece que nadie puede decir que pueda ensombrecer a ningún técnico, ni que el técnico venga con un espejo retrovisor pensando que el mánager va a poder sacarle el puesto, Diego (Milito) saber llevar muy bien esa mochila”.
Un hecho curioso en su carrera, fue el abandono temprano de la práctica activa del fútbol, dado que con apenas 30 años de edad colgó los botines. “Después de Estudiantes me marcó la pava y el mate, yo sabía el horario en el que tenía que llegar. Llegó un momento en el que le decía a mi señora dame un mate más, después fue cámbiame la yerba que me tomo dos nuevos y me voy. Hasta que le dije que cambie la pava, ahí me di cuenta que el chip se me apagó, y yo tenía para jugar cinco años más tranquilamente. Son cosas de la cabeza de uno”.
Tuvo un párrafo además donde explicó sus lesiones más serias. “Yo me rompí los ligamentos laterales cuando volví de los Juegos Olímpicos de Seúl ’88. Fue un día de lluvia, me acuerdo que jugaba el Vasco (Olarticoechea) de cuatro. Hizo un gol Cozzoni, se lo anularon, se ve que quedó caliente por el gol anulado, sacó el Pato (Fillol), se la dio al Vasco, salió jugando, yo me arrimo a buscarla, y ahí Cozzoni que volvía corriendo a todo lo que da, yo no lo vi, el Vasco me gritó cuidado, yo me puse duro, me pega Cozzoni con la parte del cuerpo, me hace girar y me rompe los ligamentos laterales, en tres meses me recuperé, fue muy rápido, me recuperó Cachito Maggio. Después también me fracturé el maléolo tibial en un partido que terminó muy mal, a las piñas afuera del vestuario contra Deportivo Español, que lastiman y rompen al Flaco Zaccanti, a mí me metió un planchazo Correa y me produjo esa fractura”.
Tras su salida de Racing, Perico jugó un año en Ferro, y luego arribó a Independiente. “Cuando enfrentaba a Independiente jugando para Racing lo hacía como hincha y como profesional, y cuando enfrentaba a Racing jugando para Independiente lo hacía como profesional, como lo hace hoy Nery Domínguez en Racing. De la misma manera que lo hizo Clausen, Matute Morales, Calderón, y así un montón de futbolistas. Maschio salió campeón de América con Independiente. El tema es no mentir, uno falla cuando un tipo miente, cuando promete algo y no lo cumple. Yo no me fui de Racing, a mí me fueron, y no tengo ningún miedo en decirlo, porque sino tendría que salir alguien a decir que yo miento. A mí me arregló el contrato el padre de Adrián Fernández (hoy dirigente del fútbol amateur), yo fui a firmar el contrato con el hermano del Oso, Sergio Fernández, amigo de toda la vida, el padre de ellos era como un padre mío, y yo firmaba por lo que el club me decía. Juan (Destéfano) me dijo gracias por los servicios prestados, me dio la mano y me fui. Los trece o catorce años que estuve en el club, se terminaron con un gracias por los servicios prestados, tres meses antes me había buscado el Bayer Leverkusen. Imaginate lo que fue para mí ese día cuando volví a mi casa. Estuve un año en Ferro, y después de ese año (que me fue muy bien), intenté volver a Racing, pero no hubo caso. Como jugador de fútbol y como hincha cumplí en todo, en no gritar el gol, en ser respetuoso, en nunca hacer un gesto por más que me pongan una bandera, que yo sé quien me la mandó a poner, en ir a otros lugares y decir señores, yo soy hincha de Racing. Como dijo el Bichi Borghi cuando fue, que dijo muchachos ustedes no están buscando un hincha, están buscando un técnico, porque el Bichi es hincha de Racing”.
Por otra parte, contó como está conformada su familia, en la que Racing se impone por mayoría. “Mi señora es de Independiente, la nena más grande es de Independiente porque la cazaron mis hermanos y me la arruinaron jaja, pero la rubia del medio y el pibe son de Racing, no sabés como los aseguré jaja, en casa somos 3-2 a favor de Racing”.
Así como hace poco tiempo Claudio Marini contó que juega en el equipo Senior de la Academia, Perico es otro integrante del actual plantel. “Es un cable a tierra, el reunirnos, el estar, los asaditos después de jugar, de estar constantemente juntos, de ver a los muchachos, para mí es un hermoso cable a tierra. Te trae al pasado, me encanta. Estoy agradecido a la gente de Racing y La Comisión Directiva, sé que Diego (Milito) también hizo fuerza, nos hicieron la cancha que la destinaron al Senior y creo que también al fútbol femenino con luces. Muy agradecido que tenemos cancha para jugar y eso nos permite no viajar tanto”.
Por último, expresó que es lo que más lo marco en su carrera como jugador. “Lo que más me marcó en el fútbol es irme de Racing, irme de mi casa, porque para mí fue irme de mi casa. Me parece que fue una decisión déspota. Empecé a jugar a los 18 años en Primera, fui a los Juegos Olímpicos, volví, jugar tanto en el equipo de la Supercopa como en el campeonato, que venga uno de los equipos más poderosos de Europa, en ese momento el Bayer Leverkusen, estaban el Bayer Munich y el Leverkusen, que me querían o me querían, fueron a hablar con Juan (Destéfano) que me pagaba como a un fitito pero me quería vender como una Ferrari, y te dejen libre….Que pierdan un patrimonio del club. Si yo estaría afuera, como hincha, sin ponerme a mí a la altura de nadie, que esto se entienda bien, pero imagínate que hoy a Zaracho lo dejen libre, yo pienso que es negocio, yo pienso que hay un negocio, suena extraño que cuando quedé libre nadie dijo nada. Fijate el libro del Flaco Lamadrid o preguntale a él, preguntale a Zaccanti, fue una camada que se encontró con decisiones déspotas, y así terminó Racing después, y no fue por motu proprio, porque Racing no tiene piernas ni brazos firmar nada, fueron en su momento quienes lo condujeron los que le hicieron mal a Racing”.
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