"TODAVÍA ME EMOCIONA ESE GOL "
Néstor Sicher habló en exclusiva con La Número Uno, y recordó el ascenso de Racing en 1985.El autor del último gol de Racing en su estadía en la Primera B aquella noche del 27 de diciembre de 1985 en cancha de River frente a Atlanta (encuentro que finalizó 1-1 y le otorgó el regreso a Racing a la Primera División), lleva adelante el aislamiento social obligatorio en su casa, en la localidad de Rafael Calzada, la misma que lo vio nacer. A pesar de vivir solo en su hogar, Néstor está en pareja en estos momentos, más allá de no convivir con ella. “No salgo para nada, inclusive mis hijos me hacen las compras”, afirma. “Hace 28 años que trabajo en la Municipalidad de Almirante Brown, aparte tengo la escuelita de fútbol en Claypole”, cuenta respecto de su actualidad laboral.
Si bien llegó a la Academia en el año ’85, Sicher ya tenía varios años de carrera sobre sus espaldas: “Yo desde los diez años que jugué en el club Lanús, en 1972. Lanús es el equipo que me vio nacer, que me acobijó, me formó, y después tuve la suerte de haber llegado a jugar en la Primera de ese club, eso es muy importante. Lógicamente que lo más importante en lo futbolístico me pasó en Racing cuando ascendimos, pero en Lanús tengo amigos, casi hermanos, compadres, todo una familia, viví muchos años ahí”.
“Yo enfrenté a Racing en el año ’84 en la fase regular, pero en las semifinales del Octogonal no pude jugar porque estaba lesionado. El que jugué se disputó en Lanús, ganó Racing 2-0, me acuerdo del segundo gol, a los 45’ del ST, Brindisi le pone una pelota por arriba al Pampa Orte que me ganó la espalda, definió como venía, una barbaridad, una cosa de locos, yo como defensor quedé dando vueltas jaja”, y agregó: “Durante la revancha en el Octogonal, en Avellaneda, se suspende porque la hinchada de Lanús hizo disturbios después que hicieron patear un penal dos veces, se jugó el resto del partido en cancha de Atlanta. Lanús necesitaba hacer tres goles, y en diez minutos hizo dos, estuvimos cerca. Ese año nos quedamos con un sabor amargo”, recuerda el ex marcador de punta. Cabe aclarar, que en la ida de este partido, Racing había ganado 2-1 como visitante, y en Avellaneda ganaba 1-0, y por ese motivo el Granate necesitaba los tres goles para clasificar en Atlanta, ya que la igualdad en el global hacía pasar a la Academia (de hecho eso sucedió) por mejor ubicación en la tabla de posiciones.
En cuanto a como se dio su llegada a Racing, explicó: “En el Torneo del ’84, los rivales que dejaba Lanús, jugaban contra Racing, entonces Agustín Cejas (DT en ese momento) tenía una persona que veía los partidos, y fue como que a Horacio Attadía y a mí, nos siguió todo el año, a partir de eso se pasó un informe, y fue ahí donde se iniciaron las gestiones para ir a Racing”. “Estábamos en la sede de Lanús, y llegó Juan De Stéfano para gestionar, me preguntó porque no había jugado el Octogonal, le conté que estaba lesionado, me preguntó si quería ir a Racing, e inmediatamente le dije que sí, lo mío fue un préstamo con opción de compra, y a Attadía lo compraron”.
Asimismo, describió como encontró al club a su llegada: “Yo me encontré con una institución devastada, y no hablo de dinero, sino en mejoras que necesitaba el estadio, sus instalaciones, pero siempre sabiendo que estaba llegando a un equipo grande, y que ese elefante dormido en cualquier momento se iba a levantar. No era una época buena, incluyendo al país, la mayoría de las instituciones no estaban bien. A esto lo agravó lo deportivo, y lógicamente, a Racing le costó dos años ascender, donde en ese segundo año, tuve la suerte de estar en el plantel” , y añadió: “Desde lo económico y lo deportivo nunca nos faltó nada, si bien en algunos momentos cambiábamos de hotel para concentrar, nosotros tuvimos siempre donde hacerlo, la ropa para entrenar, hemos cobrado mensualmente. En lo deportivo a veces no se podía ir a la cancha a hacer fútbol, por el tema del agua, de no estar en condiciones el estadio. Se hacía eso para preservarlo también al estadio, para el sábado poder hacer de local ahí. La parte superior estaba clausurada, solamente abajo iba el público. Me acuerdo cuando jugábamos en Huracán o en Vélez, era terrible la cantidad de gente que iba, desbordaba”.
Con respecto al plantel expresó: “Fue un grupo de hombres, muy buenos jugadores, ese año Racing incorporó jugadores del ascenso, Attadía y yo fuimos de Lanús, Colombatti de Morón, Walter Fernández de Defensores de Belgrano, José Luis Carrizo de Ferro, Washington González. Después estaban Gustavo Costas, Miguel Wirtz, Traverso y Cordero con experiencia, el Pampa Orte, un tipo fenomenal”.
“Nosotros entrenábamos en Obras Sanitarias, después nos cambiábamos y con el profe Balbuena salíamos a correr, hacíamos bastantes kilómetros, y a la vuelta nos daba libre, podíamos volver caminando, corriendo, como queríamos, pero yo me sumaba a los que hacíamos dedo y siempre subiendo a un auto distinto para poder llegar rápido a bañarnos jaja”, recordó de manera cómplice. También contó una anécdota junto a su amigo, el Pampa Orte: “Nosotros viajábamos juntos a la concentración, y me acuerdo un viernes a la noche, fui a la casa, y se largó una lluvia terrible, en esa época la Avenida Hipólito Yrigoyen se inundaba mucho. Comimos unos churrasquitos, después le dije al Pampa que fuéramos a la concentración que había parado un poco, y él me contestó que no, que no íbamos a llegar, que el auto no iba a pasar por el agua que había, y me dijo que lo llame a Cejas para decirle que íbamos al otro día a la concentración. Lo llamé, le expliqué lo que pasaba, y me contestó: “Muchachos, tienen que estar acá como sea”. Después le conté eso al Pampa, pero él no quería saber nada, y yo le dije que había que ir como sea. Cuando llegamos a la concentración ya habíamos cenado, pero teníamos la cena en el hotel preparada, comimos hasta donde pudimos, y después tuvimos que salir a caminar para bajar todo jaja”.
Con respecto al período de Cejas como entrenador, comentó: “Armó el plantel, con buenos jugadores, pero no se nos dieron los resultados. No le pudimos encontrar la vuelta. La consecuencia de eso fue que el fusible que saltó sea él. Cejas era un tipo excepcional”. Luego llegó Cayetano Rodríguez: “Con Cayetano pasó algo parecido, no supimos entender todo lo que él intentaba transmitir. Tenía un estilo ofensivo, con mucha posesión de pelota, pero no lo supimos llevar a cabo. Su idea era muy buena, pero se nos hacía imposible ejecutarla”.
“El Coco Basile con pocas palabras y con su personalidad, hizo sencillo todo. Con él se hizo un click, cuando llegó no había margen de error. El juego era más simple, la cuestión pasaba por alimentar a los monstruos de arriba, Pavón, Orte, Walter Fernández. Sabíamos que si les llegaba limpia la pelota a ellos, teníamos muchas chances e convertir. Al Coco no lo podías defraudar, era un tipo que te hablaba de frente de manera sencilla”, aseguró.
Ya metido en lo que fue el Octogonal para ascender, recordó: “En el primer partido frente a Banfield ganamos cómodos, 3-1. Para la revancha tuvimos como una especie de relajo inconsciente, por la diferencia que habíamos sacado, y las cosas se empezaron a complicar. Terminamos sufriendo ese partido más allá de clasificar, pero después de eso tuvimos un enorme lavado de cabeza de parte del Coco Basile”. En este caso, Racing cayó 3-1 en la revancha, pero la victoria por idéntico marcador, clasificó a la Academia por mejor ubicación en la tabla de posiciones. Luego en semifinales fue el turno de Quilmes, rival al que se venció sin inconvenientes (dos victorias, 2-0 y 3-1), para después sí, llegar a los duelos contra Atlanta, ambos en cancha de River. “El primer partido contra Atlanta fue el mejor, 4-0 muy contundente, fue como dije antes, alimentando a nuestros delanteros. En el segundo, nos enteramos un día antes de jugar que la diferencia de gol no servía, que si perdíamos 1-0 había que jugar otro partido, había que por lo menos, empatar. Además Atlanta encaró la revancha de otra manera, sabiendo que tenía que ganar si o si. Sufrimos hasta el último minuto, pero así y todos fuimos superiores también”.
"La jugada del gol todavía me emociona, fue una jugada rápida, Cordero me la da en un córner, y no me quedaba otra que patear, porque tenía cerca a jugadores rivales que me podían tapar. Al no tener ángulo para un centro, le pegué al arco y la metí en el ángulo, jaja. Tuve suerte en lo personal, porque me tocó en un momento justo, en el que el equipo lo necesitaba”, relató. “Después del partido, no pude festejar demasiado, porque en el primer tiempo, me pegaron un codazo que me fracturó la mandíbula, todo el segundo tiempo jugué fracturado. En el entretiempo yo decía salgo salgo, y me agarró Basile y me dijo: “Como va a salir usted, vaya y juegue!!!”, después de escuchar al Coco, entré a la cancha y ni me acordaba de la mandíbula”.
Una vez terminada la campaña para ascender, Sicher regresó a Lanús. “Racing me tenía a préstamo, y la opción de compra era de 50 mil dólares, muy alta para la época. A esto se le sumó que el 29 de diciembre, a dos días del ascenso, hubo elecciones en Racing, cambió la Comisión Directiva, y por lo que tengo entendido, no hicieron mucho para retenerme”.
Asimismo, tuvo un párrafo para la gente de Racing: “La gente de Racing es lo más, La Guardia Imperial es especial, tengo a mi hermano fanático, mis hijos, ellos lo mamaron desde que nacieron, es indescriptible. Los hinchas van a todos lados, es el día de hoy que cuando voy a la cancha se me pone la piel de gallina. Racing es lo mejor que me pasó en mi vida futbolística, y es el día de hoy que lo llevo en el corazón, que lo transmito con cada uno que hablo”.
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