“FUI MEDIO DE CASUALIDAD A RACING”

Osvaldo Pichi Escudero habló mano a mano con La Número Uno, donde recordó su paso por la Academia, el Mundial juvenil de Tokyo en 1979, Maradona, los campeonatos con Boca y Central, su experiencia como entrenador y mucho más.

Delantero veloz, habilidoso, escurridizo. Llegó a Racing a fines de la década del ’80 y permaneció en el club durante un año y medio. Hoy vive en Buenos Aires, como consecuencia de la pandemia, que lo obligó a regresar desde El salvador, donde ejercía su actual profesión como DT. "Ahora estoy en Buenos Aires porque estuve en El Salvador dirigiendo hasta el año pasado, y por el tema de la pandemia nos tuvimos que volver en un vuelo humanitario. Ahora estoy esperando que se normalicen las cosas para volver a dirigir" , contó el ex delantero.

Sobre sus comienzos recordó: “A los 17 años me tocó debutar en Primera, en ChacaritaJuniors, se me dio todo muy rápido. Después me llamaron para integrar el seleccionado juvenil que iba a jugar las eliminatorias en Uruguay, yo en ese momento andaba muy bien. Después pude compartir un equipo tan grande como ese juvenil donde jugaban Maradona, Ramón Díaz, Calderón, Simón, Barbas…. Fue algo maravilloso para mí”.

En cuanto a tenerlo a Diego Maradona como compañero expresó: “Diego era un fenómeno como jugador y como persona, yo tuve la suerte de conocerlo desde muy chiquito, porque éramos de la misma edad, él jugaba en Argentinos, yo en Chacarita y nos enfrentábamos dos veces por año, fuimos creciendo juntos en el fútbol. Diego era un pibe increíble, era muy buen compañero, líder, era uno más del grupo, tengo el mejor de los recuerdos de Diego cuando éramos muy jóvenes. Después tuve la suerte de tenerlo como compañero en el ’81 en Boca, donde dimos la vuelta olímpica. Justo me dijo la otra vez un periodista que junto a Oscar Ruggeri, somos los únicos jugadores que dimos dos vueltas olímpicas con Diego, me queda ese orgullo de haber jugado junto al más grande. El Diego del ’81 era más maduro, pero tenían muchas similitudes, había dos años de diferencia nada más. El del ’79 era tremendamente desequilibrante, en Boca jugaba ya con hombres de Primera, se le hizo más difícil, pero el Diego del ’81 también fue muy bueno porque apareció en los momentos difíciles, fue un campeonato que nosotros peleamos palmo a palmo con Ferro que nos seguía siempre de cerca, a un punto, dos, tres, uno y bueno, me acuerdo ese partido contra Ferro en cancha de Boca que Diego le da la pelota Perotti, definió y ahí nos fuimos a tres puntos y no nos pudieron alcanzar más. Diego fue algo increíble como jugador, yo tenerlo como compañero, verlo todos los días en el entrenamiento, si hacía esas cosas en los partidos, imagínate las que hacía en los entrenamientos” .

Luego de salir campeón en ese Boca que tenía a Maradona en el plantel, Escudero pasó por Unión, Independiente, y luego recaló en Rosario Central donde también dio una vuelta olímpica “Yo llegué a Central en el ’86 después de haber pasado por Independiente, no me había ido tan bien, jugué muchos partidos, pero al final Pastoriza, él no me había traído al club, Pipo Ferreiro me había llevado, y cuando terminó el torneo me dijo que Central estaba interesado en mí, yo le dije que sí, que estaba bien porque no había tenido tantos minutos, que quería tener un cambio de aire. Me fui a Rosario, se armó un equipo increíble con el Pato Gasparini, Palma, con el Patón Bauza fuimos desde Independiente, Urruti, Lanari, un equipo bárbaro, mucha mezcla de gente de experiencia con mucha juventud. Empezaban Hernán Díaz, Lanzidei, chicos que andaban muy bien. Era un equipo muy vertiginoso, ofensivo, en la primera ronda terminamos cuartos, me acuerdo el partido contra Instituto que empatamos 2-2 en cancha de Central, cuando la gente reprobaba el empate porque quería ganar, y en la segunda mitad empezamos ganándole a todos, le ganamos a River en el Monumental, la verdad que fue un torneo increíble por lo bien que jugó Central, y dimos la vuelta olímpica en cancha de Temperley donde empatamos 1-1” .

Después de su experiencia en el Canalla, el Pichi llegó a un Racing que estaba en un momento de recambio, en el cual se estaba desarmando el plantel que había formado el Coco Basile, y era Pedro Marchetta quien agarraba las riendas del nuevo equipo. “ Yo fui medio de casualidad, porque en Central nos debían mucho dinero de primas, entonces Racing lo contrató a Lanzidei, y participé en las negociaciones como para ir yo también. Racing estuvo de acuerdo, y como me debían mucho dinero en Central, pude ir a Racing. La verdad que la figura era Lanzidei, porque era un pibe joven, goleador, yo ya tenía 29 años, si bien había andado muy bien en Central, no llegaba con los laureles que llegaba Lanzidei quien era más joven. En la primera mitad me fue muy bien, hice seis goles, tres goles en un partido contra Deportivo Español que ganamos 4-3, Kenig hizo los tres goles de Español, yo me acuerdo una pelota que me dio Vanemerak, rematé cruzado, hicimos el 4-3, después de haber hecho dos goles más, nunca había hecho tres goles en un partido. En la segunda ronda el equipo no anduvo muy bien, y terminamos en mitad de tabla para arriba, no fue un buen campeonato de Racing, lo que si recuerdo es el cariño de la gente, porque yo siempre fui de correr mucho, brindarme por el equipo, por más que no me salieran las cosas, nunca dejaba de correr y pedirla, tratar de desbordar y aportar lo mejor. Siempre tengo un gran recuerdo de Racing que fue un año y medio que la pasé muy lindo, si bien no levantamos ninguna copa, siempre tuve el cariño de la gente que fue importante para mí” .

Cuando se lo consultó acerca de los motivos que produjo el bajón de Racing en la segunda mitad de aquel torneo, comentó: "No sé que pudo haber pasado, no tuvimos la regularidad de la primera ronda. En la segunda ronda no anduvimos tan bien y el equipo se cayó, y la gente de Racing si bien te apoya en los momentos buenos, cuando no andás bien, te crean un poquito de dudas cuando empiezan a exigirte los triunfos. También tuve la suerte de haber compartido el plantel con varios jugadores como Goycochea, Olarticoechea, Brown, Rubén Paz, Perico Pérez, Fabbri, fueron grandes jugadores que hicieron una gran carrera”.

A la hora de recordar a Pedro Marchetta, deslizó: “Marchetta era un plato porque tenía muchas ocurrencias, él siempre me decía que cuando yo andaba bien, hacía ruidito el pasto porque iba muy rápido, y cuando no andaba bien, me decía que no escuchaba el ruido del pasto jajaja, como diciéndome que no estaba tan rápido. La relación con Marchetta no era mala, porque teníamos un preparador físico, Pedernera, que era un fenómeno, siempre mantenía unido al grupo, más allá que era el tipo que nos hacía correr, tenía un muy buen carácter. Marchetta también, era un tipo muy alegre, siempre transmitía que quería que juguemos con la pelota al ras del piso. Antes los técnicos no eran tan fanáticos de las tácticas o las estrategias, fíjate lo que ha cambiado el fútbol que ahora los técnicos son muy importantes en los equipos, eso ha cambiado mucho. Antes quedabas más librado a lo que podía hacer el jugador, porque no teníamos un patrón de juego que tuviésemos que cumplir a rajatablas, era formar el equipo, hacer fútbol el jueves, el domingo ponías una buena delantera y tratabas de hacer lo mejor, resolvíamos nosotros. Yo siempre tengo el ejemplo del equipo de Rosario Central donde Don Ángel (Zof) no era el loco de la estrategia pero sabía elegir al jugador que andaba bien en su momento, y nosotros resolvíamos adentro. Ahora parecería que en estos tiempos es muy importante el técnico, donde tiene que transmitir que el equipo juegue de la manera que quiere, y si no transmite nada se siente, porque ahora los jugadores no son de resolver por ellos mismos, no son de juntarse y decir tenemos que jugar así, tenemos que ganar. Ha cambiado tanto la sociedad que los pibes no son tan unidos como lo era cuando jugábamos nosotros que no había celular, era hablar todo de frente, encerrarnos en un pieza, decir que las cosas no andan bien, tenemos que salir adelante, y no depender de lo que decía el técnico. Ahora cambió todo en el fútbol, la manera de entrenar, de alimentarse, y el fútbol se ha hecho muy vertiginoso, muy rápido y se piensa menos. Antes la mayoría de los jugadores eran técnicos, de los once siete u ocho lo eran y había tres picapiedras que corrían y recuperaban la pelota, ahora son siete u ocho con muy buen estado físico, que corren y meten, y muy poquitos los que piensan. Por eso no se ve tan lindo el fútbol argentino, salvo cuatro o cinco equipos que tratan de jugar bien al fútbol” .

Por último se refirió a su experiencia en el fútbol de El Salvador, donde estuvo trabajando hasta el 2020. “Yo no había sido nunca técnico de profesionales hasta que se me dio en El Salvador, donde estuve cuatro años dirigiendo. Me contrató un equipo que nunca había clasificado a las finales(Santa Tecla), el primer año que estuve clasificamos a semifinales, pero siempre tratando de inculcarle a mis jugadores que tengan identidad, que traten de jugar un fútbol asociado, que los jugadores siempre tengan opciones de pase, no de tirarla para arriba y e ir a dividir, porque ahí, puede ser la pelota para cualquiera, en cambio si vos la manejás desde el fondo de la cancha con gente apta, porque tampoco podés pretender que el equipo salga jugando cuando no tenés gente apta para hacerlo. Yo tuve la suerte de tener un equipo con jugadores muy técnicos en El Salvador, que pueden salir jugando, y la verdad que fue un campeonato el segundo cuando salimos campeones, que fue muy lindo. Tuve la suerte de haber tenido jugadores que entendieron lo que yo les transmitía, que fue toda la experiencia que yo tuve como jugador, más que nada fútbol de ataque, y cuando perdemos la pelota defendemos todos. También me ayudó mucho el hecho de copiarme estrategias que usan los grandes técnicos como Guardiola, Simeone, el Loco Bielsa, que a mí me encanta como juega él porque siempre trata de jugar un fútbol ofensivo con mucha presión, y yo traté de sacar de cada uno de ellos un poquito y todo lo positivo que yo veía, observando videos de trabajo, de como se puede lograr jugar bien trabajando en la semana. Ahora el toque reemplazó a la gambeta, ahora no se puede gambetear tanto, y no es que no me gusta la gambeta, al contrario, soy un fanático del jugador que gambetea, pero no hay jugadores que gambeteen. Los equipos que mejor juegan, lo hacen a dos toques, y cuando tienen la posibilidad de gambetear en el uno a uno, lo hacen. En ese equipo estuve cuatro campeonatos cortos, y logré salir campeón, pero cuando me fui, lo agarró Carucha Corti y logró dos campeonatos más, y se clasificaron a la Concachampions. Corti me decía que ese equipo jugaba de memoria, que se conocían mucho y lograron un estilo de juego que lo plasmaron por cuatro o cinco años hasta que los jugadores se fueron yendo porque los contrataron de EEUU, México. Esa fue una gran satisfacción para mí, que los jugadores que yo dirigí pudiesen emigrar, porque el jugador salvadoreño no es mucho de irse al extranjero, pero de ese equipo fueron tres a EEUU, uno a México, Domínguez al Bolívar de Bolivia, Ricardinho se fue un año a Arabia Saudita e hizo una buena diferencia, y esa fue una satisfacción enorme que me llevé como técnico, porque esos chicos van a saber que lo importante no es conformarse con un sueldito sino tratar de hacer bien las cosas para poder estar un poquito mejor económicamente”.

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