SOMOS LOS MEJORES

Este domingo 7 de marzo se cumple un nuevo aniversario de aquella tarde en el Cilindro, cuando a Racing no le permitieron jugar debido a decisiones judiciales, pero la gente colmó el estadio pidiendo por sus colores, hecho por el cual se determinó a esa jornada como el "Día del hincha de Racing".

Hacia finales de la década del '60, Racing vivió sus momentos deportivos más gloriosos, cuando de la mano de Juan José Pizzuti, conseguía números que hacían historia, y tras hacerse cargo de un equipo sin brújula (cualquier similitud con la situación actual es mera coincidencia), logró quedarse con el Torneo Metropolitano de 1966, permanecer invicto durante 39 partidos (récord en el profesionalismo hasta el día de hoy en la Primera División para un DT, ya que aquel Boca de 40 partidos está dividido en 35 de Carlos Bianchi, más cinco de García Cambón), la Copa Libertadores de 1967, junto con la tan recordada Intercontinental con el golazo del Chango Cárdenas. Para esa altura (final de década), Racing y Estudiantes de La Plata eran los únicos equipos en tener el privilegio de ser campeones del mundo entre los equipos argentinos, e Independiente campeón de América, sin poder conquistar lo otro hasta entonces.

En la década del '70 la historia empezó a cambiar de manera drástica, y mientras a Racing le pasaban los años sin conquistar logros deportivos, del otro lado de la vereda amontonaban Copas Libertadores y hasta una Intercontinental (cuatro de la primera con un sistema que lo clasificaba a instancias muy avanzadas a la siguiente cada vez que lograba retener el título). Pocos meses después de la llegada de la última dictadura cívico-militar (marzo 1976), en julio de ese mismo año llegó Don Julio (valga la redundancia) a la presidencia de Independiente, y tres años después (abril de 1979, todavía en plena dictadura) arribó al sillón de la AFA, la casa madre del fútbol argentino.

A poco de este acontecimiento, para 1981 a Racing le clausuraron el estadio (recién para octubre de 1983 logró reabrirlo), y fue precisamente en 1983 cuando descendió de categoría, con el reciente sistema de promedios instalado en el cual de haberse mantenido el tradicional (tabla por puntos), no le hubiese tocado descender ni en el ’82, ni en el ’83. Un dato de color (negativo) es que durante esa pelea por no descender, Racing caía ante Ferro 1-0 y durante el partido hubo una agresión a un juez de línea por lo que ese día el encuentro quedó suspendido, y mientras en AFA se dirimía entre darle el partido ganado a la Academia o seguirlo jugando (la agresión provino desde el sector de Ferro), se decidió por lo segundo (finalizó 1-1), a diferencia del petardo de Navarro Montoya en 1988, o la piedra a Ángel Comizzo en 1991, lo que dejaba en claro el liviano peso de Racing en la AFA, durante cualquiera de éstas épocas. Una desgracia ocurrió también durante ese torneo, y fue cuando el 3 de agosto Racing visitó a Boca en la Bombonera, minutos antes del partido, una bengala marina lanzada desde la tribuna de Boca, terminó al instante con la vida de Roberto Basile, hincha de Racing ubicado en la tribuna del Riachuelo (quién desconoce el tema se preguntará si el partido se suspendió y le dieron los puntos a Racing por ejemplo, no, nada de eso, el encuentro se disputó de todas maneras y finalizó 2-2 con un penal dudoso para el local cuando la Academia ganaba 2-1). La película de terror no pudo haber estado peor orquestada para nosotros, si se tiene en cuenta que al descenso de la tarde del domingo 18 de diciembre de 1983 ante Racing(Cba) en Avellaneda, tenía como desenlace que el jueves siguiente a ese fatídico día, la obra de la casualidad (¿casualidad?) hacía que la Academia visitara a Independiente en la última fecha, quien se consagró esa misma tarde campeón del Metropolitano ’83, ante un Racing que había caído de categoría hacía apenas 96 horas. MUY IMPORTANTE: (Jóvenes, a no escuchar historias de tíos borrachos que dicen que fue el Rojo quien mandó a Racing al descenso, esto es falso).

Llegó el camino por la Primera B (así se llamaba en esa época) en 1984, y después de un año donde la gente de Racing reventaba las canchas por un lado colmando las tribunas, desde lo deportivo no se estuvo a la altura, y el ascenso se quedó en la puerta cuando Gimnasia de La Plata venció a Racing 1-3 en Avellaneda, y 4-2 en el Bosque. A colación, Independiente ese mismo año obtenía la Copa Libertadores, y la Intercontinental, todo una desgraciada casualidad (¿casualidad?). “El primer año no pudimos ascender porque teníamos en contra a Grondona y a Deluca, nos ganó Gimnasia los dos partidos, y después me jugué la vida (el único político era yo de ese grupo), el resto eran empresarios acomodados, muy buena gente, y les dije que había que formar el seleccionado de la B, Deluca quería que estemos diez años en la B, porque Racing, como San Lorenzo antes vestían a la B, les daban jerarquía, Deluca era un dirigente bastante perverso, presidente de Defensores de Berlgrano, jugaba mucho con los réferis”, ésta es una cita textual de un reportaje de este medio realizado a Juan De Stéfano, en mayo pasado.

Este relato del ex presidente de Racing (en ese momento integraba la Comisión de Apoyo) se condice de alguna manera con lo sucedido en 1985, cuando luego de un duro año en el que Rosario Central (casualmente nuestro rival de mañana) ganó sin discusión el certamen, y la Academia comandada desde hacía poco por Alfio Basile, eliminó en cuartos de final a Banfield (serie en la que fue asesinado Daniel Souto en el partido de ida, por si se quieren conocer más datos adversos de la época), a Quilmes en semifinales para llegar a la final contra Atlanta, en la que en primer término, era ida y vuelta a 180 minutos, con resultado global.

En el primer partido, la Academia goleó al Bohemio 4-0, lo que ya hacía pensar que volvíamos a la Primera División sin problema alguno, pero la vida está llena de sorpresas señoras y señores, así que en plena época profesional del fútbol (para los que intentan defenestrar el amateurismo) se corrigió dicho reglamento, y se eliminó la diferencia de goles después del 4-0, entonces, si Atlanta ganaba 1-0, había tercer encuentro, una locura más... Más allá de estos insólitos acontecimientos, la revancha fue 1-1 y se terminó el calvario (solamente de estar en la B, obviamente), y Racing regresó a la A el 27-12-85. Cuando pensábamos de cual manera sería el retorno a la Primera División, una reestructuración en el fútbol argentino hizo que los torneos en vez de durar un año calendario, se iban a jugar como en Europa, es decir, de julio a junio por ejemplo, para lo que Racing, ascendido en diciembre, debía mantener el plantel sin competencia oficial. Usted se preguntará por la solución, claro está, la misma consistió en alquilar el equipo completo, a Argentino de Mendoza (¿?), conjunto de esa provincia que disputó el Torneo Regional, para clasificar a la flamante B Nacional, ¿Usted se imagina que hoy en día Racing le alquile el plantel a un equipo del Federal A?, Bueno, eso fue lo que pasó en 1986, otro cachetazo al hincha. “Yo me lesioné cuando jugamos para Argentino de Mendoza. En el primer partido, teníamos que jugar contra Gimnasia y Esgrima de Mendoza, donde atajaba Reyes, un histórico, en el micro estábamos en el último asiento con Colombatti y WálterFrnández. Cuando estábamos llegando a la cancha, yo decía que me parecía raro que no había policías. Cuando bajamos, éramos los últimos, me tocaron el hombro, me di vuelta y me apagaron un cigarrillo en el brazo, me quedaron las marcas, cuando con Colombatti y Wálter Fernández quisimos pelear, se aparecieron como quinientos, no me preguntes como ni de donde, y salimos corriendo para el vestuario. Después en el partido, Colombatti le metió una pelota a Wálter Fernández, y de entrada ya ganábamos 1-0. En la segunda jugada Colombatti me pone otra pelota, me voy por atrás, me iba solo, y el cuatro de ellos me pegó una patada terrible, y sentí un ruido….Me tiraron como a una bolsa de papas afuera de la cancha, se armó un lío tremendo. Colombatti le tiraba manzanas a la tribuna, era insólito todo. Me sacaron mucha sangre coagulada de la rodilla, tuve un esguince, volví enyesado en el avión, después de eso no quise jugar más ahí”, palabras de Horacio Attadía a este medio en julio pasado, contando su experiencia en Argentino de Mendoza. Hacia fines de la década, apareció agua en el desierto, y bajo la conducción del Coco Basile (tercero de sus ciclos en el club), con varios jugadores del ascenso más refuerzos de jerarquía, Racing se adjudicó la Supercopa 1988, la Interamericana de ese mismo año, fue muy competitivo en los certámenes locales, y en 1989 disputó nuevamente una Copa Libertadres, después de 21 años.

En la década del ’90, a pesar de estar cerca en algunas situaciones (Clausura ’91, Apertura ’93, Apertura’95, o Supercopa ’92 y Copa Libertadores ’97 en el plano internacional), hubo sequía de títulos, con el atenuante que hacia finales de la misma, en el plano institucional todo estalló por el aire, casi de la mano con la economía nacional. Para 1995, Osvaldo Otero derrotó en las urnas a Juan De Stéfano, quien se alejó del club luego de más de ocho años de mandato. A Otero lo acompañó en un principio, Daniel Lalín, como Secretario de Fútbol. Si bien en el comienzo se redujo el pasivo de manera pronunciada, y se formó un equipo con muy buenos jugadores, con el correr del tiempo todo eso se fue desmoronando como un castillo de naipes. Lalín dio un paso al costado en su puesto, y de manera paralela la economía de Racing mostraba agujeros de todo tipo y calibre, con un pasivo que crecía de manera exponencial, a un ritmo verdaderamente preocupante. No había números claros de cuanto era el verdadero pasivo del club antes de las elecciones de 1998, se hablaba de 45 millones de pesos (dólares para la época). Lo cierto es que en las elecciones de ese año, Daniel Lalín realizó una fuerte campaña mediática prometiendo sanar las finanzas del club. Los resultados en las urnas lo favorecieron por sobre Enrique Capozzolo (había perdido también en 1983 por 90 votos aproximadamente ante Enrique Taddeo), por lo que el ex Secretario de Fútbol asumía la presidencia de Racing.

Una vez asumido, se decía que la verdadera suma que formaba el pasivo del club era de 62 millones de pesos (o dólares para la época), suma sideral, y mucho más en esos tiempos en los cuales los ingresos por televisión o venta de jugadores eran de otro calibre.

Nota de Clarín:

LALÍN PATEÓ EL TABLERO Y PIDIÓ LA QUIERBA DE RACING

El club muestra un pasivo de aproximadamente 62 millones de dólares y embargos por 3 millones. El juez que recibió el pedido tiene 5 días hábiles para resolver. Racing seguirá jugando en Primera.

El presidente Daniel Lalín, a través de la abogada del club Beatriz Fabre, presentó formalmente ayer la quiebra de Racing ante la Justicia. En Racing no hay plata ni para pagar la luz, había dicho Lalín. El club tiene un pasivo de 62 millones de dólares, casi 200 juicios y embargos por 3 millones de dólares. Esta es la única solución, le había anticipado Lalín a Clarín en su edición del 14 de abril. La causa fue caratulada como quiebra por insuficiencia patrimonial con continuidad de la empresa y la lleva adelante el juzgado 16 de La Plata, a cargo del juez Enrique Gorostegui, el mismo magistrado que controló la primera y segunda convocatoria de acreedores del club. Gorostegui se tomará cinco días hábiles para emitir el dictamen, situación que favorecerá a Lalín, ya que después del lunes 20 comenzará la feria judicial de dos semanas. Ese lapso le otorgará a Lalín una mayor capacidad de maniobra.Los efectos de la quiebra¿Qué pasará con Racing de ahora en más? Uno de los temas que envuelve de preocupación a sus hinchas es saber si el equipo seguirá jugando en Primera. El abogado de la AFA, Santiago Agricol de Bianchetti, dijo que la medida del juez no afectará la participación de Racing en AFA.

Ésta es una cita de Clarín con fecha del 11-7-98, en la que se muestra que el propio presidente de Racing, pidió la quiebra… de Racing…

Esta “solución” tuvo su fin el famoso 4 de marzo de 1999, cuando la Síndico Liliana Ripoll dijo aquella famosa frase que no se va a transcribir en este texto. Tres días después, el domingo 7 de marzo, Racing debía comenzar a disputar el Clausura ’99, fecha en la cual tenía que recibir en el Cilindro de Avellaneda a Talleres de Córdoba, partido que no se pudo disputar ese mismo día por disposición judicial. A modo de protesta, los hinchas de Racing nos autoconvocamos en el estadio a la hora del partido, cuando una multitud se hizo presente en el Presidente Perón, los jugadores, Gustavo Costas (DT), el Pato Fillol, etc. En una jornada donde reinaron el calor (climático y de la gente), la angustia, bronca, incertidumbre, nervios, pero eso sí, también esperanza e ilusión.

Durante la semana siguiente se aprobó que Racing iba a poder disputar la segunda fecha, ante Rosario Central en Arroyito, y acá les cuento mi experiencia personal, que grafica lo que significa esta hermosa institución. El domingo 14 de marzo, Racing jugaba a las 17:10 horas ante el Canalla en Rosario, ese día fue igual que el domingo anterior, hizo muchísimo calor. Llegué a la Sede de Villa del Parque a la mañana temprano, el pasaje de micro que tenía, era con el horario de las 10.30 (lo había reservado en la semana) para salir desde la sede. La Ruta Nacional 9 estaba pintada de celeste y blanco, con la caravana extensa que la cubría. Nuestro micro sufrió desperfectos mecánicos casi toda la ida, por lo que cada tanto nos echábamos a la banquina (problemas con la correa del motor aducía el chofer, quien no tenía siquiera un destornillador para su solución, perdonándose a sí mismo con la excusa que los hinchas que viajaban a menudo le robaban las herramientas).

A medida que nos acercábamos a Rosario, las piedras en los vidrios eran cada vez más frecuentes, y algunas les aseguro, de gran tamaño. Entre tantas paradas por los desperfectos, entramos al estadio a las 17:00, diez minutos antes del comienzo del partido, lo que llevó un viaje de seis horas y media para realizar 320 Km….Si bien mi entrada decía “Popular alta”, olvídense, de casualidad nos metimos en la popular baja.

A todo esto, el calor era agobiante, la gente pidió agua… ¿Para qué? Todavía me acuerdo la cara endemoniada de uno de los bomberos que con una presión de agua apta para reprimir gente en una manifestación, le apuntaba directamente al cuerpo de los presentes, y yo mismo pude ver como varios señores mayores fueron derribados por dicha presión. Absolutamente pasados por agua, vimos como Racing jugó un partido para el olvido, donde el local estaba 2-0 arriba, y coqueteando con el tercero. Un tiro libre aislado de quien hoy es el mánager del club, Rubén Capria, decoró el mentiroso 2-1 final.

A la vuelta (al menos el problema mecánico solucionado), más piedras (muchas), y una vez alejado del estadio pensaba en descansar un poco, imposible, el frío por estar mojado, más el hambre que ya hacía estrago para esa hora, no me lo permitieron. Cerca de la una de la mañana, nos bajamos con un hincha que conocí en el viaje en Panamericana y Camino Real (esquivando gente que dormía en el pasillo, debido a que otro micro los había dejado a pie) compartimos un remis, yo me bajé primero y el siguió.

Una vez en casa, se levantó mi mujer a recibirme, y yo con algunas líneas de temperatura le conté del calor, las piedras, el problema mecánico, los bomberos endemoniados, el partido, el frío y hambre de la vuelta y demás, para que ella me pregunte: -Entonces ¿fue todo mal?. -Para nada, volvió a jugar Racing. Esa fue mi respuesta a pecho inflado.

Muchas veces por errores propios, otras tantas por “tener viento de frente” como se ha enumerado a lo largo de la nota, la Academia pasó malos momentos institucionales, pero fuimos los hinchas quienes supimos mantener a Racing bien arriba, mostrando resistencia, fidelidad, amor, pasión, paciencia, insistencia, etc., también con aciertos y errores, claro está. Pero por eso y mucho más, considero que somos los mejores.

¡FELIZ DÍA PARA LOS Y LAS HINCHAS DE RACING!

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